Su desparpajo y su poca vergüenza a la hora de plantear las preguntas no pasan desapercibidos para casi nadie. Su periodismo es el del desaparpajo y el humor ácido, aunque gracias a eso consigue abordar temas en ocasiones implanteables para la mayoría. Jordi Évole, 'El Follonero', regresa esta noche a La Sexta desde Qatar, hasta donde se ha desplazado para pedir a los jeques de la Qatar Foundation que, igual que han hecho con el Barça, patrocinen a Salvados para ayudar al programa a superar la crisis económica.
-Arranca la quinta temporada de Salvados con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina. ¿Cómo va a ser la campaña del Follonero? -Somos el único programa que se mide por legislaturas. Ahora estamos a punto de cumplir nuestra primera legislatura y espero que vuelvan a presentarnos y que no nos pase como a Zapatero. El programa seguirá hablando de política, pero no creo que repita la fórmula de Salvados por la campaña con la que empezamos porque no sería bueno. El programa ha madurado y ha evolucionado desde entonces. Haremos algo distinto, pero todavía no sabría concretarte cómo.
-¿Seguirá la misma línea que hasta ahora o incluirá modificaciones en la línea del programa?
-Cada semana intentamos hacer algo distinto. No somos un programa que podamos presumir de haber fichado a tal o cual para la nueva temporada -lo intentamos con Dani Mateo pero se nos adelantó Wyoming...-, pero intentamos sorprender cada semana con temas que informen sobre temas concretos y, a la vez, diviertan. Nuestro programa es un cóctel explosivo donde se mezcla la ironía, el humor y la actualidad. Unas veces con un toque más dulce y otras más amargo.
-Ese cóctel ya se conoce en el panorama nacional, pero ¿Cómo reciben a El Follonero fuera de España? ¿Alguna vez se ha sentido en peligro por hacer preguntas incómodas?
-Hacer Salvados fuera de España es un lujo. Es como empezar de cero porque nadie sabe de qué vamos. Es como volver a los orígenes. Aquí en España ya nos tienen cogida la medida, pero fuera tenemos el plus de ser más libres y de preguntar lo que nadie se espera. Es cierto que son entrevistas incómodas y difíciles, pero nunca he sentido miedo. Quizá porque no me doy cuenta de que puedo estar en situación de peligro, como me pasó en EEUU, que tenía detrás del entrevistado a un matón y no fui consciente de ello hasta que no lo vi en la sala de edición. Creo que nadie va a ser tan inconsciente de ponerse violento conmigo cuando hay una cámara grabándolo todo.
-En el programa de esta noche acude a Qatar para pedir a la Qatar Foundation que patrocine su programa. ¿Cómo se lo han tomado?
-Quisimos saber por qué en un país como ése fascina tanto el fútbol. Cuando fuimos a la Qatar Foundation la situación fue cuando menos incómoda. Están acostumbrados a que se hagan entrevistas de lucimiento y no con preguntas incómodas como las nuestras. No sabes, por ejemplo, la cara que me puso cuando pregunté que qué le parecía que la camiseta del Barça, con su patrocinio, también la lucieran en España los aficionados homosexuales. Y encima tuve la cara de pedirle que nos patrocinara...
-En esta nueva temporada ¿Cuál es su reto en Salvados?
-Me gustaría estar presente en la última corrida de toros que se celebrará en Barcelona el próximo 25 de septiembre, pero eso no es ningún reto. Un reto guapo sería poder tener frente a frente a los ex presidentes del gobierno, como Felipe González o José María Aznar.
-Ahora que su ex jefe prepara un nuevo programa para La Sexta ¿Se iría con él si se lo pidiera?
-Con Buenafuente volvería siempre que me lo pidiera. Si trabajar con él fuera compatible con lo que hago no tendría problemas. Siempre nos hemos entendido muy bien, tanto cuando escribía para él, como cuando compartía plató. Seguramente hoy no estaría aquí si no hubiera pasado por Andreu.
-¿Se encuentra cómodo en La Sexta o preferiría trabajar en otra cadena con más audiencia?
-Cómodo no, comodísimo. En la Sexta me encuentro como en casa y me parece bastante fuerte.
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